Natalia caminaba por la carretera para pasar a la otra calle, con rápidez, porque no le había apetecido ir hasta el semaforo. Pero alguien le paro allí, en medio.
- ¿Eres feliz?- le dijo el decsonocido. Natalia se rio.- ¿De que te ries?
- Que me hace gracia que ni mi familia ni mis amigos se hayan atrevido a preguntarmelo nunca y que tú, un desconocido al que no he visto en toda mi vida, lo haga en medio de la carretera con riesgo de que venga un coche y nos atropelle.
- ¿Lo eres?
- No.-dijo Natalia mientras su sonrisa iba desapareciendo.
- A partir de hoy, lo serás. Si quieres, claro. ¿Te apetece tomar algo con un completo desconocido?-dijo sonriendo aquel extraño y le hizo volver a sonreir a Natalia.
- He podido morir atropellada por hablar contigo así que, me encantaría poder hacerlo sin seguir corriendo este riesgo absurdo.
el desconocido tiene el ego bastante grande.. jajaja
ResponderEliminarmuy bueno!
besoss!
Qué chico más atrevido (y Natalia tampoco se corta un pelo, jeje...). Seguro que se llevan a la perfección :)
ResponderEliminarjolin, menuda suerte tiene Natalia pues.
ResponderEliminarA veces es más fácil sincerarse con un completo desconocido. No hay miedo a ser juzgada.
ResponderEliminarAlgunas personas desconocidas saben hacer las preguntas que necesitamos contestar :)
ResponderEliminarUn besito color púrpura
A mi tambien me gustarìa que me apareciera un tipo desconocido !
ResponderEliminaruna sonrisa para ti :)